Ellas hicieron historia: El poder oculto de la mujer en IRAK

La historia de Irak, ubicada en la antigua Mesopotamia, ha sido moldeada por diversas civilizaciones que florecieron entre los ríos Tigris y Éufrates. A lo largo de los siglos, las mujeres han desempeñado roles fundamentales, desde figuras mitológicas y monarcas hasta pioneras en campos como la arquitectura, la medicina, las artes y la música. Este artículo explora la evolución del rol de la mujer en Irak, destacando sus contribuciones históricas y su impacto en la sociedad contemporánea.

1. Diosas y reinas en la antigua Mesopotamia

Inanna/Ishtar: diosa del amor, la guerra y la fertilidad

En el corazón espiritual de la antigua Mesopotamia, brilló una figura femenina tan poderosa como compleja: Inanna, conocida más tarde como Ishtar por los acadios y babilonios. Esta deidad era adorada como la diosa del amor, la fertilidad, la guerra y la justicia, y protectora de la ciudad de Uruk, un raro ejemplo en la historia antigua de una divinidad que reunía en sí misma tanto la creación como la destrucción, la ternura como la furia.

Inanna no solo era venerada como una figura protectora del pueblo y de los reinos, sino también como una fuerza cósmica capaz de descender al inframundo y regresar, simbolizando la renovación, el coraje y la capacidad de transformación. Su mito más célebre —el descenso al inframundo— no solo representaba el ciclo de la vida y la muerte, sino también la fuerza interior de una mujer capaz de enfrentar las sombras para renacer con mayor poder.

Puabi de Ur y Kubaba de Kish: monarcas femeninas

Durante el Período Dinástico Arcaico III (2600-2334 a.C.), dos mujeres destacaron como gobernantes: Puabi de Ur y Kubaba de Kish. Puabi, cuya tumba fue descubierta en el Cementerio Real de Ur, era una reina que gobernó por derecho propio, sin un consorte masculino. Kubaba, mencionada en la Lista Sumeria de los Reyes, es la única mujer que aparece en este registro, lo que subraya su importancia política en la época.


2. Mujeres pioneras en la medicina y el derecho

La primera médica en Irak

La historia de las mujeres en la medicina en Irak durante la primera mitad del siglo XX revela un proceso gradual de inclusión en una profesión dominada por hombres. Aunque las mujeres enfrentaron barreras significativas debido a la exclusión de las facultades de educación médica durante el dominio otomano y los requisitos de acreditación colonial, algunas mujeres de familias acomodadas lograron acceder a la educación médica. Estas mujeres, a menudo con el apoyo de sus redes sociales, pudieron ingresar a la facultad de medicina local, aunque en números limitados. Una vez dentro, enfrentaron especializaciones profesionales de género que moldearon sus trayectorias profesionales.

La primera mujer en obtener un título médico en Irak fue Saniha Amin Zaki, quien se graduó en 1947. A los 16 años, se inscribió en la Facultad de Medicina de Bagdad, asistiendo a clases junto a estudiantes varones y sin llevar el velo, lo que representaba una ruptura significativa con las normas culturales de la época. Seis años después, se convirtió en la primera médica musulmana de Irak, marcando un hito en la historia del país.

Su vida y trayectoria están documentadas en el libro Memoir of an Iraqi Woman Doctor, escrito por ella misma y editado por Ellen Jawdat. En sus memorias, Saniha relata cómo, a los 13 años, se cubría completamente con una capa negra y era acompañada por un familiar cuando salía de su casa. Sin embargo, a los 16 años, decidió inscribirse en la Facultad de Medicina sin llevar el velo y asistir a clases con estudiantes masculinos, desafiando las convenciones sociales de la época. Su valentía y determinación abrieron el camino para futuras generaciones de mujeres en el ámbito médico en Irak.

Sabiha al-Shaykh Da’ud: pionera en el ámbito legal

Sabiha al-Shaykh Da’ud (1912–1975) fue la primera mujer en Irak en graduarse en Derecho y convertirse en jueza. En 1936, se matriculó en la Facultad de Derecho de Bagdad, siendo la única mujer entre 200 estudiantes. Posteriormente, en 1956, fue nombrada jueza, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo en Irak y en el mundo árabe. Además, fue activista de los derechos de las mujeres y vicepresidenta de la Unión de Mujeres Iraquíes.


3. Zaha Hadid: la arquitecta que rediseñó el mundo

Zaha Hadid (1950–2016) fue una de las figuras más revolucionarias de la arquitectura contemporánea. Nacida en Bagdad, en una familia ilustrada y cosmopolita, Hadid estudió matemáticas antes de ingresar a la Architectural Association School en Londres. Se convirtió en la primera mujer en recibir el prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura en 2004, equivalente al Nobel en su disciplina. Su estilo futurista, caracterizado por formas curvas imposibles, estructuras flotantes y espacios que desafiaban la geometría convencional, transformó el urbanismo contemporáneo.

Entre sus obras más famosas destacan:

  • El Centro Acuático de Londres (Juegos Olímpicos de 2012)
  • El Museo MAXXI de Arte Contemporáneo (Roma)
  • El Centro Heydar Aliyev en Azerbaiyán
  • La Ópera de Guangzhou (China)
  • Pabellón Puente- Expo 2008, Zaragoza
  • Edificio Viña Tondonia- Haro, La Rioja
  • Estación de Euskotren- Durango, Vizcaya
  • Campus de la Justicia de Madrid- Juzgados de lo Civil, diseñado por Zaha Hadid y su socio Patrick Schumacher

Zaha Hadid no solo rompió el techo de cristal en una disciplina dominada por hombres, sino que también se convirtió en un símbolo global del talento femenino iraquí. Su legado sigue vivo en decenas de proyectos por todo el mundo, y su nombre es sinónimo de audacia creativa.


4. Artistas iraquíes y orquestas de mujeres

Layla Al-Attar: el arte como resistencia y memoria

Layla Al-Attar (1944–1993) fue una de las pintoras más influyentes del Irak contemporáneo. Su trabajo abordó temas de identidad femenina, resistencia y cultura árabe, integrando influencias expresionistas y simbolistas con motivos regionales. Se graduó en Bellas Artes por la Universidad de Bagdad y fue directora del Museo Nacional de Arte Moderno en Irak.

Sus obras a menudo retrataban mujeres con miradas profundas y contextos abstractos o poéticos, resaltando tanto la fuerza interior como el dolor silenciado de la mujer árabe. Algunas de sus piezas más conocidas son:

  • La mujer y la luna: un retrato alegórico de la conexión espiritual entre la naturaleza y la figura femenina.
  • Torsos: una serie que exploraba la fragmentación del cuerpo en tiempos de guerra y conflicto.
  • Sombras de Bagdad: piezas que capturaban la melancolía de una ciudad atrapada entre lo eterno y lo efímero.

Trágicamente, Layla murió en 1993 junto a su esposo e hija cuando un misil estadounidense impactó su casa en Bagdad, en lo que se cree fue un intento indirecto de ataque contra altos funcionarios del régimen. Su muerte fue lamentada en todo el mundo artístico, y su figura se convirtió en símbolo de la destrucción de la cultura durante los conflictos bélicos.

El poeta estadounidense Roger Waters (de Pink Floyd) la homenajeó en su canción «The Bravery of Being Out of Range» mencionando su muerte como una crítica al uso de la guerra como herramienta política.

Widad Al-Orfali: artista y música pionera

Widad Al-Orfali (1929–2023) fue una destacada artista y música iraquí. Nacida en Bagdad, estudió en el Instituto de Arte de Bagdad y se graduó en 1960. En 1983, fundó la Galería Orfali, una de las primeras galerías privadas en Irak, que también funcionaba como centro cultural ofreciendo exposiciones de arte, música y poesía. Tras la Guerra del Golfo de 1991, se trasladó a Jordania, donde continuó su labor artística y cultural.

Zuhal Sultan: fundadora de la Orquesta Nacional Juvenil de Irak

Zuhal Sultan, nacida en 1991 en Bagdad, es una pianista y activista iraquí. A los 17 años, fundó la Orquesta Nacional Juvenil de Irak (NYOI), un grupo compuesto por jóvenes músicos de diversas comunidades del país. La orquesta ha realizado giras internacionales y ha actuado en prestigiosos escenarios como el Wigmore Hall de Londres y el Festival de Edimburgo. La NYOI simboliza la unidad y la esperanza en medio de la adversidad.

Aseel Hameem: cantante iraquí de renombre

Aseel Hameem, nacida en 1984 en Bagdad, es una cantante iraquí reconocida en el mundo árabe. Su carrera despegó a los 22 años, y ha lanzado varias canciones que han sido populares en la región. Su tema «Ser Alhayah» se convirtió en la canción más reproducida en YouTube por una artista femenina árabe en 2020, con más de 255 millones de vistas. Aseel ha colaborado con otros artistas árabes y ha interpretado canciones para series de televisión árabes.

5. Lucha contra el analfabetismo y empoderamiento educativo

Campañas gubernamentales

Tras la reforma agraria de 1958, y especialmente en la década de 1970 bajo el gobierno del Partido Baaz, Irak lanzó varias campañas nacionales para erradicar el analfabetismo, especialmente entre mujeres rurales.

El Estado ofrecía programas acelerados de alfabetización, becas, transporte gratuito y alimentos en escuelas para mujeres. En 1978, Irak fue reconocido por la UNESCO por sus esfuerzos en educación básica universal.

Retos en la era contemporánea

Las guerras, el embargo de los años 90 y la inestabilidad tras 2003 debilitaron los logros educativos. Aún así, muchas ONG, organizaciones de mujeres y el propio gobierno han mantenido iniciativas en regiones como el Kurdistán para ofrecer educación acelerada para mujeres adultas y formación profesional para jóvenes desplazadas.

6. Mujeres iraquíes hoy: derechos, desafíos y activismo

Participación laboral y política

Las mujeres iraquíes tienen derechos constitucionales para trabajar, estudiar y participar en la política, y existen cuotas parlamentarias que garantizan su representación (al menos 25% del Parlamento). Aun así, enfrentan múltiples desafíos: violencia de género, restricciones tribales y religiosas, así como el estigma social.

Voces que inspiran

Activistas como Yanar Mohammed, fundadora de la Organización por la Libertad de las Mujeres en Irak, y escritoras como Inaam Kachachi, han elevado la voz por los derechos de las mujeres desde dentro y fuera del país.

Las nuevas generaciones están más conectadas, con acceso a redes sociales, educación en línea y conciencia global. Están reclamando espacios en el arte, la ciencia, la política y la tecnología.

7. Belleza, visibilidad y resiliencia: el regreso del certamen Miss Irak

Durante más de cuatro décadas, Irak no celebró ningún concurso oficial de belleza debido a las tensiones políticas, religiosas y sociales. Sin embargo, en diciembre de 2015, se realizó en Bagdad el primer certamen Miss Irak desde 1972, marcando un hito cultural que resonó dentro y fuera del país.

Shaima Qassem Abdelrahman: símbolo de valentía

La joven Shaima Qassem Abdelrahman, de 20 años de Kirkuk, fue coronada como la nueva Miss Irak. El certamen se realizó con respeto a las costumbres culturales locales: sin desfile en traje de baño y con un enfoque en la inteligencia, el carisma y el compromiso social de las candidatas.

Shaima recibió amenazas de muerte por parte de grupos extremistas por su participación, pero decidió no retirarse. Su elección fue recibida con entusiasmo por muchos sectores de la sociedad, viéndola como un acto de valentía, representación nacional y empoderamiento femenino. Tras su coronación, Shaima expresó su deseo de abogar por la educación de las mujeres y los derechos de las personas desplazadas por el conflicto.

El certamen se consolida: nuevas voces, nuevos rostros

Desde su reanudación, Miss Irak se ha seguido celebrando anualmente, con mujeres provenientes de distintas regiones, religiones y orígenes étnicos:

  • En 2017, Vian Sulaimani, de Sulaymaniyah, ganó el certamen pero fue posteriormente descalificada. Su primera finalista, Masty Hama, asumió el título.
  • También en 2017, Sarah Idan representó a Irak en Miss Universo, siendo la primera mujer en hacerlo en 45 años.
  • En 2021, Maria Farhad Salem, una joven cristiana de Mosul desplazada por el Estado Islámico, fue coronada en Erbil. Su elección fue vista como un acto de memoria y reivindicación tras años de violencia religiosa y de género.
  • En 2022, Balsam Hussein, de Bagdad, ganó el certamen, reafirmando la diversidad de las mujeres iraquíes.

Estos concursos se han convertido en más que simples eventos estéticos: son espacios simbólicos de resistencia cultural, visibilidad internacional y afirmación de que las mujeres iraquíes tienen derecho a expresarse, a representar a su país y a reimaginar su identidad más allá de los estereotipos.

Conclusión: Mujeres de Irak, fuerzas transformadoras del presente y el futuro

A lo largo de la historia de Irak, las mujeres han jugado un papel crucial en la construcción de la identidad y el tejido cultural del país, desde las poderosas diosas y reinas de la antigua Mesopotamia, hasta las figuras pioneras en medicina, arte, y arquitectura que continúan inspirando al mundo. A través de los siglos, su resiliencia y valentía han superado no solo las barreras de su tiempo, sino también las de una sociedad en constante cambio y lucha.

En tiempos recientes, mujeres como Zaha Hadid, Layla Al-Attar, Aseel Hameem, y tantas otras han demostrado que las mujeres iraquíes no solo tienen el poder de ser creadoras, sino también de transformar el mundo a través de su arte, su intelecto y su compromiso social. La historia de estas mujeres, que han roto barreras en campos tradicionalmente dominados por hombres, refleja un legado de fuerza y determinación que sigue inspirando a nuevas generaciones.

Además, el regreso de certámenes como Miss Irak refleja el deseo de un pueblo por recuperar la visibilidad de sus mujeres en el escenario global, a pesar de las amenazas y adversidades. Estos concursos no solo celebran la belleza exterior, sino también el coraje, la inteligencia y la resistencia, posicionando a las mujeres iraquíes como símbolos de esperanza y de cambio en una región marcada por la guerra y el conflicto.

El camino hacia la igualdad de género sigue siendo largo, pero los avances en la educación, la participación política y el empoderamiento de las mujeres en Irak son innegables. Las mujeres iraquíes están, cada vez más, tomando el control de su futuro, luchando por sus derechos a la educación, al trabajo y a la libertad. En un país que se reconstruye tras décadas de conflicto, ellas son las verdaderas arquitectas del cambio, las portadoras de la antorcha que ilumina el futuro de Irak.

Hoy, más que nunca, la sociedad iraquí necesita reconocer y apoyar el rol central de las mujeres en su progreso. Las generaciones venideras seguirán siendo testigos de cómo las mujeres de Irak, al igual que las diosas y reinas que las precedieron, se levantan una vez más para liderar el camino hacia un futuro más inclusivo, justo y prometedor para todos.

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